Michael Schumacher cumple doce años de internación tras el golpe que sufrió en la cabeza en la estación de esquí de Méribe el 29 de diciembre de 2013 en los Alpes franceses. La familia del deportista alemán mantiene un esquema de cuidados intensivos en su casa del lago Lemán. El círculo íntimo del piloto protege su intimidad y evita la difusión de datos médicos sobre su condición actual.
Michael Schumacher depende de asistencia continua y perdió la capacidad de comunicarse de forma verbal, según reveló el periodista Félix Gorner, quien brindó información crítica en una entrevista con la emisora televisiva RTL: “Es una realidad muy dolorosa de aceptar. La situación es muy triste”
El reconocido corredor de Fórmula 1 sufrió un traumatismo craneoencefálico severo al caerse esquiando. Los médicos del hospital Universitario de Grenoble realizaron cirugías de urgencia tras el accidente. Sabine Kehm, agente de comunicaciones del siete veces campeón de Fórmula 1, finalizó los partes médicos oficiales el 2 de enero de 2014.
El equipo de salud solo notificó una actualización en julio de ese año. El comunicado indicó que el deportista salió del coma y viajó hacia Lausana. Semanas después, el piloto regresó a su hogar para recibir atención especializada y su estado de salud cambió muy poco desde aquel traslado.
Richard Hopkins, exjefe de operaciones de Red Bull, se refirió a la actualidad del alemán en una entrevista en Sportbible: “No he escuchado nada últimamente, pero sé que tiene un médico finlandés, un médico personal”. El técnico también manifestó una postura drástica sobre el futuro público del corredor. “No creo que volvamos a ver a Michael (...) Me siento un poco incómodo hablando de su condición, debido al secretismo que la familia, por las razones correctas, quiere mantener”, aseguró el exintegrante de McLaren.
El hermetismo que lidera Corinna, esposa del piloto, rige la vida diaria en la residencia suiza. Schumacher cumplirá 57 años el próximo 3 de enero bajo este sistema de privacidad total. Las pocas noticias que surgen provienen de personas que compartieron momentos con él en las pistas. Hopkins recordó las charlas y cafés que compartía con el piloto cuando este corría para la escudería Benetton y reconoció que la distancia entre los equipos no impidió una relación cercana entre ambos.
El mundo del automovilismo recibió con sorpresa la noticia de un casco autografiado por el piloto en abril pasado que le pertenecía a Jackie Stewart, otra leyenda de la categoría. Schumacher firmó sus iniciales “MS” en el elemento con la ayuda de su esposa Corinna para una causa benéfica. El objetivo de la acción fue la recaudación de fondos para la organización Race Against Dementia. Jackie Stewart relató al medio inglés Daily Mail: “Es maravilloso que Michael haya podido firmar el casco por esta noble causa: una enfermedad incurable. Su esposa lo ayudó, y completó el conjunto de todos los campeones que aún nos acompañan”.
La iniciativa busca financiar un ensayo de análisis de sangre en la Universidad de Cambridge. Muchos seguidores e integrantes del ambiente técnico dudaron sobre la veracidad de la firma. La salud del piloto presenta limitaciones severas que dificultan tareas manuales. El gesto aumentó de forma considerable el valor de la pieza de colección. Fue la primera vez que trascendió una actividad de este tipo desde el accidente en los Alpes.
La imagen del corredor mantiene un impacto económico alto en el mercado de coleccionistas. Una subasta online que organizó Bonhams Cars junto a The Schumacher Lounge vendió prendas históricas del piloto. Un traje que Schumacher utilizó en el Gran Premio de Hungría de 2000 alcanzó un precio de 95.650 euros. Los compradores también adquirieron un uniforme del equipo Benetton de 1995 por 61.360 euros. Una réplica del casco de Ferrari de 2003, con la firma del deportista, se entregó por 11.520 euros.
Una parte de estos ingresos financia la Fundación Keep Fighting, fundada por la familia Schumacher en 2017 para continuar con el legado del piloto. Los títulos mundiales que obtuvo en 1994, 1995, 2000, 2001, 2002, 2003 y 2004 sostienen su vigencia como ícono del deporte.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA.

