HONG KONG.- El exmagnate prodemocracia de Hong Kong Jimmy Lai fue declarado culpable el lunes de dos cargos de conspiración con agentes extranjeros y uno de publicación sediciosa, un fallo que socava aún más la libertad de prensa en el territorio, denunciaron grupos de defensa de derechos humanos.
“No nos cabe duda de que [Lai] nunca titubeó en su intención de desestabilizar el gobierno [del Partido Comunista de China]”, dijo la jueza de la Alta Corte Esther Toh en un comunicado.
Agregó que “el costo final fue sacrificar los intereses de los pueblos” de China y Hong Kong.
Lai, fundador del clausurado periódico Apple Daily, permanece detenido desde 2020 y las imputaciones en su contra han sido criticadas como un ejemplo del deterioro de las libertades bajo la ley de seguridad nacional impuesta por China tras las grandes manifestaciones prodemocracia de 2019 en Hong Kong.
Según los fiscales, Lai, de 78 años, era quien estaba detrás de dos conspiraciones para pedir a países extranjeros imponer “sanciones o bloqueos” o realizar “actividades hostiles” contra Hong Kong y China.
Lo acusaron de publicar materiales que, a su juicio, “provocaron la insatisfacción” contra el gobierno. “No hay duda de que [Lai] guardó resentimiento y odio contra la RPC [República Popular de China] durante gran parte de su vida adulta y esto es visible en sus artículos”, agregó Toh.
Lai, vestido con suéter verde y chaqueta gris, parecía tranquilo mientras escuchaba los veredictos, de brazos cruzados y sin hablar.
Se expone a una sentencia máxima de cadena perpetua que será dictada en una fecha posterior.
Podrá apelar el fallo. Al salir del tribunal gesticuló con la cabeza hacia su esposa Teresa y su hijo Lai Shun-yan, que estaban en la galería del público.
Según dijo a la prensa su abogado defensor, Robert Pang, Lai está “de buen ánimo”.
Después del veredicto, Gran Bretaña condenó unos “procesos judiciales motivados por razones políticas” y pidió la liberación de Lai, que tiene pasaporte británico.
Su otro hijo Sebastien Lai instó a Gran Bretaña a “hacer más” para la liberación de su padre.
“Es hora de pasar de las palabras a los hechos y hacer de la liberación de mi padre una condición previa para estrechar las relaciones con China”, declaró en una conferencia de prensa en Londres.
Bajo dominio británico durante más de 150 años, Hong Kong volvió en 1997 a manos de Pekín con la condición de que se mantuvieran ciertos derechos y civiles inexistentes en el resto de China.
Sin embargo, países occidentales y ONG internacionales denuncian el retroceso de estas libertades, en especial después de las protestas prodemocracia de 2019 y la imposición de la ley de seguridad nacional.
Por su parte, el gobierno chino indicó que “apoya firmemente” a Hong Kong en la “defensa de la seguridad nacional, de acuerdo con la ley, y en la represión de actos criminales que ponen en peligro la seguridad nacional”, declaró el Ministerio chino de Relaciones Exteriores a la prensa.
Representantes consulares de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y la Unión Europea asistieron a la lectura del fallo.
“Estamos aquí para observar (...) para indicar el interés cercano en estos casos”, comentó antes de ingresar al tribunal Matthias Kaufmann, subjefe de la oficina de la UE para Hong Kong y Macao.
Por su parte, Anitta Hipper, portavoz de Exteriores de la UE, indicó en un comunicado: “Este caso es un símbolo de la erosión de los derechos fundamentales en Hong Kong desde que se aprobó la Ley de Seguridad Nacional en 2020. Reiteramos nuestros llamamientos para que Jimmy Lai sea liberado de forma inmediata y sin condiciones”.
Organizaciones internacionales de derechos humanos afirmaron que el fallo constituye una forma más de silenciar la disidencia.
“Este veredicto revela que las llamadas leyes de seguridad nacional de Hong Kong no existen para proteger a las personas, sino para silenciarlas”, señaló Sarah Brooks, directora de Amnistía Internacional para China.
Según ella, este veredicto “es el último paso en la represión sistemática de la libertad de expresión en Hong Kong, no solo contra los manifestantes y partidos políticos, sino contra la misma idea de que la gente puede -y de hecho, debe exigirle cuentas al poder”.
Por su parte, el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) calificó el fallo como una “parodia” de justicia y un “vergonzoso acto de persecución”.
“El fallo subraya el absoluto desprecio de Hong Kong por la libertad de prensa, que se supone está protegida por la miniconstitución de la ciudad”, agregó el CPJ.
Agencias AFP y DPA


