Irán ha aumentado el precio de su gasolina fuertemente subsidiada para los grandes consumidores, según informaron los medios estatales, mientras el miembro de la OPEP busca controlar la creciente demanda de combustible sin provocar la ira pública.
Las propuestas para aumentar los precios del combustible en Irán, algunos de los más bajos del mundo, se han pospuesto durante mucho tiempo debido a preocupaciones evidentes de que podrían causar una repetición de las protestas generalizadas vistas en 2019 que fueron aplastadas por el estado.
El gobierno introdujo una tasa más alta de 50.000 riales iraníes por litro (4 centavos estadounidenses por debajo de la tasa del mercado libre) a la medianoche del viernes 12 de diciembre para la mayoría de los consumidores que requieren más de 160 litros por mes, informó la televisión estatal el viernes.
Otros conductores aún pueden comprar hasta 60 litros de gasolina a la tasa existente de 15.000 riales por litro y hasta otros 100 litros a 30.000 riales por litro.
Según los medios locales, la producción nacional de combustible de alrededor de 110 millones de litros por día está por detrás de la creciente demanda que puede llegar hasta 140 millones de litros por día debido a factores como automóviles ineficientes, contrabando a países vecinos y calor en verano.
Funcionarios del gobierno han advertido que los precios subsidiados del combustible en Irán "no son racionales", imponen una pesada carga a las finanzas estatales y fomentan un consumo subóptimo, además de necesitar importaciones de combustible.
Los conductores privados que poseen varios automóviles solo podrán comprar combustible con las cuotas de menor precio para uno de sus vehículos, mientras que la mayoría de los vehículos propiedad del gobierno, muchos automóviles de nueva producción y vehículos importados tendrán que usar la tasa más cara.
La economía de Irán corre el riesgo de tambalearse hacia una hiperinflación y una profunda recesión simultáneas, han dicho funcionarios y analistas, mientras los gobernantes clericales luchan por preservar la estabilidad con un margen de maniobra limitado después de un restablecimiento de las sanciones de la ONU.
