Las autoridades de Tamaulipas determinaron sacrificar a “Luna”, una perrita de raza pitbull, que atacó y causó la muerte a una niña de un año en hechos ocurridos en Ciudad Victoria.
Personal del departamento antirrábico de la Secretaría de Salud fue el encargado de aplicar la inyección letal, luego de que la Fiscalía del Estado integrará la investigación correspondiente por la muerte de la menor.
La aplicación de la inyección letal ocurrió el mediodía del martes.
El ataque ocurrió el lunes por la tarde en el domicilio de los abuelos de la víctima, ubicado en la calle Pamoranes, entre 21 de marzo y Hermenegildo Galeana, en la colonia Revolución Verde, a una cuadra del Hospital General.
La niña se encontraba en compañía de su madre y su abuela cuando, repentinamente, la perra la atacó, mordiéndole el cráneo, los brazos y las piernas.
Las mujeres salieron a pedir auxilio a los vecinos, quienes, armados con palos y piedras, empezaron a agredir al animal hasta que finalmente soltó a la bebé.
La menor fue trasladada al Hospital General en un vehículo particular, pero, lamentablemente, falleció a la una de la madrugada del martes.
Por otra parte, en días pasados, en un domicilio de Estados Unidos, un hombre de 50 años y su nieta de tres meses murieron después de ser atacados por siete perros tipo pitbull dentro de su vivienda en Tullahoma, en el condado de Coffee.
Los agentes acudieron a la escena el miércoles (3 de diciembre) por la tarde y hallaron a ambas víctimas sin vida; “algunos perros aún [estaban] atacando al bebé”, según el parte inicial. Los animales que continuaban agrediendo a la menor fueron abatidos en el lugar, y el resto quedó bajo custodia del Control Animal de Tullahoma para determinar medidas posteriores, añadió la autoridad.
La policía recibió el aviso alrededor de las 15:00 horas. Cuando llegaron, constataron que el abuelo, identificado como James Alexander Smith, había intentado intervenir con un bate de béisbol para salvar a la niña, de acuerdo con la cobertura local.
La Fiscalía señaló que la investigación sigue abierta para determinar si las víctimas murieron antes o después del ataque de los perros, así como antecedentes de agresividad de los canes o “otros posibles problemas que pudieran haber contribuido a esta situación” en el domicilio.
El suceso sacudió a la comunidad. Un vecino relató a la prensa local que al llegar a casa sobre las 14:30 encontró a una mujer “gritando y llorando en la calle”.
Otra vecina, Rebecca Adams, afirmó a medios locales que vio a la madre del bebé llorando fuera cuando llegaron la policía y el control animal:
El padre del conductor de un camión de volteo que pasaba por la zona —y que presenció parte de la respuesta de emergencia— dijo que su hijo estaba fuera de peligro: “Mi hijo está un poco peor. Tiene la pierna dolorida, pero está bien”, según recogieron medios locales.
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