¿Y tú qué comiste esta Noche Buena? Además del clásico pavo relleno, la empresaria Sandra Cuevas optó por compartir con sus seres queridos un postre de la Pastelería Suiza: el ‘brazo de nata’, uno de los favoritos del negocio.
Aunque esta panadería es menos famosa que otras como La Vasconia o La Esperanza, también cuenta con una larga tradición en la Ciudad de México, pues lleva 83 años saciando el antojo de pan de los chilangos en la colonia Condesa.
Y, a diferencia de lo que puedas pensar, este negocio no fue fundado por una persona originaria de Suiza; en realidad, se trata de una panadería abierta por un catalán que llegó a la Ciudad de México como refugiado de la guerra civil española.
La panadería que recomendó la política Sandra Cuevas fue fundada por Jaime Bassegoda, un catalán que antes de llegar a México pasó por un campo de refugiados y tuvo una estancia en Francia y luego en Suiza, en su intento por escapar de la guerra civil española.
“En Suiza lo esperaba su hermana, y ella le dijo: ‘Se están complicando las cosas, ¿por qué no te vas a México?, que abrieron las puertas’”, compartió Quim, el nieto de Jaime Bassegoda, en entrevista con El País.
Para ese momento, en México se permitía la entrada a quienes eran perseguidos por el dictador Francisco Franco, por lo que Jaime llegó al puerto de Veracruz en 1942 y poco después se trasladó a la Ciudad de México.
En la capital encontró un local ideal para emprender su negocio: “no lo pensó mucho, apenas tuvo tiempo de adquirir un horno, unos cazos y un par de costales de harina”, explican en el sitio web de la panadería.
Para el 2 de octubre de 1942, la Pastelería Suiza ya estaba abierta y lista para llenar la Condesa de postres. “Todo mundo me pregunta por qué Suiza y no catalana. Mi abuelo había estado en Suiza, que en la Segunda Guerra Mundial era neutral, y pensó que era un buen nombre”, comentó Quim para El País.
En el sitio web de la pastelería agregan que, para Jaime, en Suiza las cosas se hacían de la manera más perfecta posible, otro motivo por el cual decidió llevar el nombre de esta nación en su negocio.
Actualmente, la Pastelería Suiza continúa abierta en su sucursal original, frente al Parque España, en la colonia Condesa; además, abrió un segundo local en Polanco, donde mantienen las mismas recetas.
Aunque Jaime Bassegoda falleció, el negocio quedó en manos de su hijo y posteriormente pasó a ser dirigido por su nieto, quien siguió los pasos de su padre y su abuelo para continuar con el legado familiar.
Los panes que se ofrecen en la Pastelería Suiza son un recordatorio de las raíces del negocio, ya que en ciertas épocas del año se pueden encontrar postres tradicionales catalanes como las cocas, el tortell de nata o los carquiñolis, una especie de pan dulce tostado.
Para la Pascua, es posible encontrar los clásicos huevos de chocolate decorados en canastas, además de otros postres que se han convertido en los favoritos del lugar, como el strudel de manzana, tartas, pays y galletas.
La Pastelería Suiza también ofrece panes dulces predilectos de los mexicanos, como conchas, donas de chocolate y panqués, además de productos de temporada como el pan de muerto y las roscas de Reyes.
Para las vísperas de Navidad, Sandra Cuevas eligió el brazo de nata con fresa, uno de los panes más populares de la Pastelería Suiza, preparado con pan de vainilla relleno de nata.
“Hola, hola. Previo a empezar a preparar el pavo, voy a comer una rebanada de pastel que trajo mi hermano de la Pastelería Suiza. Miren nada más, qué delicia. De los mejores pasteles”, comentó en un video mientras cortaba el pan.
En un menú compartido en Google Maps se indica que los precios van de los 32 pesos, por la dona de maple, a los 600 pesos, por el pastel completo de mil hojas original. El pastel que compró Sandra Cuevas tiene un costo de 575 pesos.
La Pastelería Suiza cuenta actualmente con dos sucursales, aunque la original es la que se encuentra frente al Parque España. A continuación, las direcciones:


