El futuro de la identidad digital debe ser autosoberano y descentralizado | Opinión

Es difícil definir el punto preciso en el que la humanidad cruzó el Rubicón para convertirse en ciudadanos digitales. (¿Fue la banda ancha? ¿Los smartphones? ¿La IA?) Todo lo que sabemos con certeza es que somos, a todos los efectos prácticos, más digitales que físicos. Nuestros cuerpos siguen siendo de carne y hueso, pero nuestras mentes, donde creamos arte, música y verso, ahora residen en la nube.

Como resultado, cuando hablamos de identidad digital, de lo que efectivamente estamos hablando es de nosotros mismos. En el siglo XXI, eres, a todos los efectos prácticos, el producto de las migajas digitales que dejas esparcidas por la web.

Dale a un hombre o mujer una identidad digital, y les das los medios para trabajar, aprender y ganar. Quítales ese pase, y efectivamente los destierras de la sociedad civilizada. Solo tenemos que mirar a China, donde ser atrapado conduciendo sin casco de motocicleta hace que tu puntuación de crédito social baje, afectando tu capacidad para trabajar y viajar.

Eso no quiere decir que la identidad digital sea inherentemente distópica: como todas las tecnologías, es benigna. Son los humanos quienes determinan si se utiliza como una fuerza para el bien o el mal, para proporcionar acceso o para restringirlo, por lo que es fundamental que la identificación digital sirva a su propietario y no al revés. Desafortunadamente, debido a fallas fundamentales en su arquitectura, los sistemas de identidad centralizados son incapaces de hacer esto, por lo que están destinados a ser reemplazados por mejor tecnología.

El problema con la centralización

Los sistemas de identificación centralizados concentran datos sensibles, incluyendo biometría, credenciales, información financiera e historial de comportamiento. Cuanto más hacemos en línea, y cuanto más se digitalizan nuestras vidas, desde la atención médica hasta la educación, más grande se vuelve este tesoro de datos. A medida que crece el peso de toda esta información, también lo hacen los incentivos para que terceros accedan a ella ilícitamente.

A medida que los servicios digitales dispares que usamos se interconectan, llegaremos a una etapa donde una identidad digital puede hacer todo, desde iniciar sesión en redes sociales hasta reservar una cita con el médico. Esta transformación hará nuestras vidas más convenientes. Pero también las hará más precarias. Porque cuando todos los datos fluyen a través de un solo centro, los atacantes solo necesitan comprometer un sistema para acceder a todo. 

Todo lo que se necesita es un hacker sofisticado o un gobierno malévolo para que esta información termine en las manos equivocadas. El resultado podría ser la expulsión de plataformas. Podría significar exclusión de servicios centrales debido a "pensamiento incorrecto". O podría significar que los detalles de tu tarjeta de crédito están siendo subastados al mejor postor en la darknet. Pero no tiene que ser así.

Tenemos la tecnología a nuestra disposición para construir un futuro en el que nuestros datos no tienen que apilarse en silos centrales, porque nunca salieron de nuestra posesión en primer lugar. Esto requiere rechazar la centralización en favor de soluciones autosoberanas.

Autosoberanía como servicio

La Identidad Autosoberana, o SSI, invierte la dinámica de poder al devolver el control al individuo. Es tu identidad, y tú eres su propietario. Pero crucialmente, esto no implica ninguna fricción adicional desde tu perspectiva: no tienes que dominar tecnología compleja ni asumir la responsabilidad de almacenar tus datos en una computadora doméstica; todo está encriptado y guardado en un ledger distribuido con una clave de acceso que solo tú puedes usar.

La confianza se mantiene criptográficamente, con el individuo en control de su propio acceso y permisos, mientras que el compromiso de un emisor de credenciales no compromete las identidades de todos los usuarios. Esta configuración no solo beneficia a los usuarios, tampoco: también significa que los gobiernos, universidades e instituciones pueden emitir credenciales pero no tienen que almacenarlas. 

SSI funciona porque combina el almacenamiento distribuido inherente a blockchain, lo que significa que no más bases de datos centralizadas repletas de información sensible, combinado con tecnología criptográfica que permite que los datos subyacentes sean vistos solo por entidades autorizadas. Implementaciones de privacidad como Garbled Circuits, como las utilizadas por COTI, y Pruebas de conocimiento cero permiten que la validez de la información sea verificada sin revelar su contenido. No necesitas transmitir tu fecha de nacimiento o escaneo de pasaporte por internet, en otras palabras, para demostrar que tienes edad suficiente para ordenar alcohol.

La identificación descentralizada permite la confianza mientras elimina puntos únicos de fallo.

¿Por qué no ahora?

Si SSI es tan bueno, te estarás preguntando por qué no se implementa en todas partes. ¿Qué impide que los emisores de credenciales tomen la píldora SSI? La razón principal de esto es que esto requiere un cambio radical en la forma en que las empresas piensan sobre los datos y el acceso de los usuarios. Y el cambio es difícil: es por eso que internet todavía está atascado con verificación por contraseña, a pesar de que sus debilidades inherentes han sido ampliamente conocidas durante años.

La tecnología está lista, entonces, pero la conciencia de sus capacidades, y la voluntad de implementarlas, aún no está generalizada. Esto sucederá, pero tomará tiempo; tomó más de una década, después de todo, para que la tecnología blockchain se entendiera y confiara ampliamente. Dado que SSI es una capa adicional construida sobre esto, requerirá aclimatación tanto de usuarios como de emisores de credenciales.

Pero no te equivoques, la identidad descentralizada es el futuro inevitable de la identificación digital. Con cada nuevo hackeo de base de datos y escándalo de recolección de datos, el caso para implementarla solo se vuelve más fuerte. Los usuarios requieren la garantía absoluta de verificación confidencial sabiendo que las empresas que solicitan datos personales solo están verificando lo necesario, en lugar de recopilar perfiles vastos y retenibles. Las empresas, mientras tanto, deben ser liberadas de la carga de almacenar todos estos datos mientras se adhieren a estándares como GDPR.

No todo en internet tiene que estar descentralizado. Pero la forma en que nos conectamos a las plataformas y servicios de los que dependemos todos los días debe estarlo y lo estará. Es la única manera de crear una web segura que funcione para todos.