La escena del reencuentro entre Emmanuel González y su mamá, María, marcó el final de casi dos meses de incertidumbre y cuestionamientos hacia las autoridades. “Te extrañé mucho, mi amor”, dijo la madre latina al abrazarlo, después de que una corte federal ordenara que el adolescente regresara de inmediato a su hogar. El fallo sostuvo que no existían fundamentos suficientes para mantenerlo bajo custodia del gobierno.
El pasado 4 de octubre, Emmanuel, de 15 años, desapareció mientras su madre vendía frutas en la ciudad de Houston, Texas.
Aunque la mujer denunció su desaparición y lo buscó “incansablemente”, la sorpresa llegó cuando finalmente la policía de Houston lo localizó. Lejos de ser devuelto a su familia, el joven fue transferido al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y enviado a un centro de detención federal para menores.
“Me fallaron. Me fallaron a mi familia, le fallaron a mi hijo y yo sé que no somos los únicos porque nos están fallando a todos”, dijo María tras reencontrarse con su hijo, tal como quedó registrado en un video compartido por Telemundo.
Durante el período en que Emmanuel estuvo retenido, ella solo pudo verlo dos veces: primero en un hospital, cuando el joven fue sometido a una cirugía de emergencia por apendicitis. Luego, tras obtener un permiso especial que le permitió ingresar al centro donde permanecía bajo custodia.
Para el adolescente, el encierro también dejó huellas. “Preguntaba que cuándo lo iban a dejar salir y me dieron la noticia bien feliz. No me lo esperaba”, relató el joven.
El giro decisivo ocurrió cuando la defensa presentó un recurso de habeas corpus. Según el abogado de la familia, esto permitió que Emmanuel fuera liberado mientras continúa su proceso migratorio en la justicia norteamericana. Es decir, el fallo abrió la puerta al reencuentro, pero no resolvió el fondo del caso.
El representante legal anticipó que presentarán nuevas litigaciones: “Vamos a tratar de obtener la residencia de una forma u otra para que se pueda quedar acá en los Estados Unidos. Vamos a ver si esto es posible, lo decidirán las cortes eventualmente”.
Aunque la familia celebra la liberación del menor, saben que las secuelas no desaparecerán. “Tengo miedo porque no sé si voy a regresar o si mis hijos van a regresar a mí”, dijo María, consciente de que su presente y futuro migratorio, al igual que el de su hijo, todavía depende de decisiones judiciales.
Por ahora, María y Emmanuel se concentran en recuperar el tiempo perdido. De acuerdo con su abogado, planean celebrar juntos el cumpleaños de la hermana del joven y compartir el Día de Acción de Gracias (Thanksgiving, en inglés) en Estados Unidos, una fecha que este año tendrá un significado especial luego de semanas de separación.

